BLOG
La Historia de Nuestra Boda. Cómo Encontramos el Jardín Perfecto y Tuvimos el Fin de Semana Más Feliz de Nuestras Vidas.
Todo empezó con una pregunta…
Recuerdo perfecto ese momento. Era domingo, en casa de mis papás. Estábamos tomando café después del desayuno cuando Diego me dijo:
—Ya sabes que eres el amor de mi vida… ¿te quieres casar conmigo?
Yo lloré. Obvio dije que sí. Y al día siguiente empecé a buscar en Google: jardines para bodas en México.
Así comienza esta historia. Y si tú también estás buscando el jardín perfecto, sigue leyendo. Porque yo ya pasé por todo lo que estás por vivir, y te quiero contar cómo lo hicimos nosotros. Te voy a hablar con honestidad, emoción y claridad.
Spoiler alert: todo cambió el día que conocimos Gran Malinalco.

La búsqueda del espacio ideal.
Como muchas parejas, empezamos viendo lugares en CDMX.
Primero jardines urbanos en el sur de la ciudad. Bonitos, pero apretados. Luego fuimos a ver haciendas en Morelos. Más espacio, sí… pero o no tenían hospedaje, o el jardín estaba lejos del salón, o cobraban extra por TODO.
Yo quería:
- Naturaleza, pero con elegancia.
- Que mis invitados no se tuvieran que ir manejando después de la fiesta.
- Un espacio donde pudiéramos convivir desde antes de la boda.
- Algo realmente nuestro. Privado, mágico, personal.
Y entonces encontré una cuenta de Instagram que decía: “Próximamente – Gran Malinalco”. Pedí más info. Agendamos una visita.
Y todo cambió.
Amor a primera vista.

Cuando llegamos a Malinalco nos recibió Eynar, planner del lugar. El camino ya era bonito, pero al entrar a la propiedad… nos quedamos sin palabras.
Un jardín infinito. Árboles, flores, vista a la montaña. Y todo solo para nosotros.
Nos mostró:
- La capilla con ventanales hacia el bosque.
- El salón techado con vista panorámica.
- Los jardines para la ceremonia civil.
- El hotel boutique con habitaciones para todos.
- La zona de fogata, la alberca climatizada, la tirolesa (¡mis sobrinos estaban fascinados!).
Y lo mejor: podíamos tener el lugar entero para nosotros.
Sin bodas cruzadas, sin horarios forzados, sin prisas. Un fin de semana completo con nuestros seres queridos.
Le dijimos que sí ese mismo día.
Planear una boda de fin de semana.
Trabajar con el equipo de Gran Malinalco fue como tener una wedding planner VIP desde el primer minuto. Nos ayudaron a armar todo:
- Ceremonia civil el viernes al atardecer.
- Cena de bienvenida con fogata.
- Yoga al amanecer para quien quisiera.
- La boda religiosa en la capilla.
- Banquete, baile y fiesta en el salón.
- Tornaboda con alberca y brunch.
Nos mandaron propuestas de floristas, DJs, fotógrafos, banqueteros. Pero también nos dejaron usar a nuestro propio DJ y decoradora de CDMX.
¡Flexibilidad total!
Y lo mejor: nos apoyaron con todo lo técnico. Tienen planta de luz, calentadores, carpas, mobiliario, vajilla, cristalería. Todo en un solo lugar.
El gran día.
Mi boda fue el día más feliz de mi vida.
Nos arreglamos en el cuarto nupcial (¡qué suite tan bonita!). Mis amigas estaban en habitaciones cercanas. Tomamos fotos en los jardines. Diego me esperó en la capilla.
La ceremonia fue al atardecer. Todos lloramos.
Después bajamos al cóctel en uno de los jardines laterales, con velas colgando de los árboles. Luego, caminamos todos juntos al salón. Estaba iluminado como un cuento. Techos decorados con follaje, mesas redondas, centro de pista espectacular.
Bailamos hasta las 4 am.
Mis papás me abrazaron y me dijeron: “hicieron la mejor elección”.
¿Por qué Gran Malinalco es EL lugar?.
Ahora, como ex novia y fan absoluta, te doy mis razones objetivas:
Jardines con magia real
Cada rincón es bello por sí solo. La naturaleza no es adorno: es parte de la experiencia.
Capacidad real para bodas grandes
Nosotros fuimos 240 personas, ¡y sobraba espacio!
Hospedaje en sitio
Mi familia, amigos cercanos y hasta mis abuelitos se quedaron ahí mismo. Nadie manejó. Nadie se fue temprano.
Privacidad total
No compartimos el espacio con nadie. Fue nuestra burbuja de amor todo el fin de semana.
Servicios integrales
Desde mobiliario hasta carpas, pasando por baños limpios, seguridad, staff amable y una logística impecable.
Experiencia completa
No solo es una boda, es un retiro, una convivencia, una memoria para siempre.
Preguntas que yo me hice (y ahora te contesto).
¿Vale la pena salir de CDMX para casarte?
¡Mil veces sí! Estás a solo 1.5 horas, pero te sientes en otro mundo.
¿Y si llueve?
Tienen plan B: salón techado, protecciones contra viento, calentadores.
¿Es caro?
Es una inversión. Pero si comparas todo lo que incluye, es mucho más costo-efectivo que un salón + hotel + banquete por separado.
¿Hay proveedores que ya conocen el lugar?
¡Sí! Pero también puedes llevar los tuyos. Son súper abiertos.

Mis tips finales como novia.
Visita con tus papás o alguien de confianza. Ellos también deben sentir el “clic”.
Pregunta por la suite nupcial. ¡Está incluida si reservas todas las habitaciones!
Aprovecha los jardines para fotos de día y de noche. La luz es un sueño.
Considera contratar DJ, música en vivo y usar el restaurante para la tornaboda.
Haz una noche de fogata. Es mágico.
Confía. De verdad. Ellos saben lo que hace
mi jardín, mi historia
Hoy, cuando veo las fotos de mi boda, no solo recuerdo el vestido o la música.
Recuerdo cómo me sentí: tranquila, enamorada, plena.
Y eso fue gracias a haber encontrado el espacio perfecto.
Gran Malinalco fue mucho más que un jardín. Fue el escenario que hizo posible nuestro sueño.
Si estás leyendo esto buscando jardines para bodas, solo te digo: ve, visítalo. Tal vez ahí empiece tu propia historia.